Crisoles y vainas de alúmina
Un crisol es un recipiente utilizado para la manipulación a alta temperatura. La calidad del material utilizado es muy importante para evitar interacciones, reacciones o contaminación con la masa fundida. La alúmina (u óxido de aluminio) es químicamente inerte a la mayoría de las fusiones. Los distintos tipos de crisoles de alúmina son útiles en muchos campos de aplicación, como la industria del vidrio, la metalurgia, la investigación y el desarrollo.
¿Por qué elegir crisoles de alúmina?
Debido a su uso, un crisol debe ser capaz de soportar temperaturas especialmente elevadas. En efecto, se utiliza para contener materiales extremadamente calientes que deben fundirse, calcinarse o analizarse. Por eso es necesario un material refractario e inerte como la alúmina.
De hecho, el óxido de aluminio es una cerámica de ingeniería con muchas propiedades térmicas, lo que lo convierte en el material preferido para aplicaciones de alta temperatura. En su forma de Kyocera DEGUSSIT AL23 (99,7% de pureza), la alúmina es resistente al choque térmico y puede soportar temperaturas de hasta 1950°C. También tiene muy buena estabilidad dimensional, incluso a altas temperaturas, por lo que el crisol no se deforma bajo la acción del calor. La alúmina también ofrece una excelente resistencia a la corrosión y al desgaste. Estas extraordinarias propiedades la convierten en una cerámica de alto rendimiento, ideal para crisoles.
Los distintos tipos y gamas de crisoles
Los crisoles cerámicos de alúmina que se ofrecen en la gama de productos tienen diversas formas y tamaños. Se fabrican con alúmina pura Kyocera DEGUSSIT AL23, alúmina pura DEGUSSIT AL24, alúmina pura DEGUSSIT AL25, circonio Kyocera DEGUSSIT FZY y circonio poroso DEGUSSIT ZR25 u óxido de itrio Kyocera DEGUSSIT Y23.
Los crisoles cilíndricos de fondo plano tienen un diámetro de entre 10 y 100 mm. Su altura suele oscilar entre 15 y 150 mm. Existen dos tipos de crisoles cónicos:
- Los cónicos altos: el diámetro de su parte inferior varía entre unos diez y treinta mm, mientras que el de la parte superior puede estar entre unos diez y cien mm. Su altura puede alcanzar los 120 mm.
- Conos bajos: el diámetro de la parte superior es comparable al de los conos altos, mientras que la parte inferior es ligeramente mayor. Su altura esta vez no supera los 60 mm.
En producción especial podemos fabricar crisoles de dimensiones muy grandes, por ejemplo de 450 mm de diámetro y 500 mm de altura.
Las vainas de alúmina pura también están disponibles de serie. Pueden medir hasta 150 mm de largo, 10-30 mm de ancho y 5-15 mm de profundidad. El grosor de las paredes de las vainas suele ser de 2-3 mm.
Por último, las cajas de combustión pueden medir hasta 200 mm de largo. El grosor de las paredes suele ser de 3-4 mm, pero puede llegar a 1 cm en algunos casos. Se utilizan sobre todo en la industria del vidrio.
Estos numerosos tipos de productos, así como la variedad de sus tamaños, permiten adaptarse a distintos campos de aplicación.
Ver la lista de crisoles, góndolas y cajas de combustión estándar
Aplicación de los crisoles cerámicos: la industria del vidrio
Los crisoles de alúmina son interesantes para la industria del vidrio debido a la atmósfera corrosiva y de alta temperatura del vidrio fundido. Permiten dar la forma deseada a los objetos de vidrio. Los crisoles de buena calidad garantizan la facilidad y seguridad de manipulación en esta industria, debido a las propiedades de la alúmina antes mencionadas. Además, la buena resistencia al desgaste del óxido de aluminio permite que los componentes duren mucho tiempo a pesar de realizar tareas muy exigentes. Los crisoles cerámicos y las cajas de combustión se utilizan para el desarrollo y la fabricación de vidrios especiales. También se utilizan en hornos industriales. La gran pureza del material y la densa superficie de los crisoles les permiten soportar las situaciones más agresivas en la fundición de vidrio.
Ámbito de aplicación: crisoles cerámicos en metalurgia
Los crisoles de cerámica refractaria como la alúmina, la circonia, el carburo de silicio, el nitruro de silicio o una mezcla de composiciones se utilizan a menudo en metalurgia para la fusión de metales férreos, no férreos y también preciosos. La buena conductividad térmica de la cerámica y su resistencia a los choques térmicos permiten un calentamiento por inducción eficaz y rápido. Además, su resistencia a las altas temperaturas, a la corrosión y al desgaste, así como su gran estabilidad dimensional, incluso a altas temperaturas, reducen los riesgos derivados de la manipulación de los crisoles. En función de los metales a fundir, podemos añadir agentes antihumectantes para prolongar la vida útil de los crisoles.
Ámbitos de aplicación de los crisoles: I+D, laboratorios, CEA y CNRS
Además de las aplicaciones industriales, la investigación y el desarrollo también son ámbitos en los que los crisoles cerámicos resultan especialmente útiles. En los laboratorios, a menudo es necesario utilizar recipientes pequeños debido a las pequeñas cantidades de productos que se manipulan. Una vez más, las propiedades de la alúmina y de los refractarios cerámicos son necesarias para obtener resultados fiables sin contaminación química del recipiente. La refractariedad de nuestras cerámicas permite realizar estudios a temperaturas muy elevadas. Su alta resistencia a la corrosión y al desgaste garantiza un gran número de ensayos posibles. Por último, el recipiente cerámico de alto rendimiento no reaccionará con el producto contenido en él, lo que constituye un punto importante en I+D: la composición del crisol no influirá en los resultados y, por tanto, permitirá realizar investigaciones más precisas.